Una de las principales críticas contra este juego es el hecho de que utilice el motor Source, que empieza a quedarse anticuado. Otras críticas apuntan a su poca originalidad o a lo explotado que está el género de zombies. A todo ello responderé con una única palabra: paparruchas.
Es cierto que “Left 4 Dead” es la quintaesencia de los juegos que tienen por antagonista a los muertos vivientes. Y también lo es que estamos ante uno de los títulos más divertidos y con el mejor modo cooperativo de los últimos años.
Quizá el único handicap que le veo al juego, y por el que no me había decidido a comprarlo hasta ahora, es su precio recomendado de 45 € si lo comprábamos online en Steam. O ese era el handicap hasta que gracias a Leon descubrí una oferta en G2Play que ofrece “Left 4 Dead” por 11,95 €. A las dos horas de recibir el soplo, ya había comprado y descargado el juego y estaba listo para estrenarlo. Estas son mis impresiones tras las primeras partidas.
Los primeros compases del apocalipsis
La intro del juego, de impecable factura técnica, no destaca por profundizar en los detalles de la historia, lo cual, curiosamente, es una de sus virtudes. Y es que a lo largo del juego estaremos tan perdidos como nuestros protagonistas.
Lo único que sabemos es que la ciudad está poblada de zombies, que somos lo que parece ser uno de los últimos grupos de supervivientes y que nadie va a ayudarnos a no ser que nos busquemos la vida por nuestra cuenta. Así pues, tras la pequeña introducción en la que conocemos por encima a los cuatro personajes del juego, llega el momento de elegir a uno de ellos y ponernos en su piel.
Podremos elegir si jugar como Zoey, la estudiante de buena familia, Bill, el veterano de Vietnam, Francis, el motorista tatuado, o Louis, el dependiente de la tienda de informática. No obstante, salvo en su apariencia, los cuatro personajes son idénticos en fuerza, velocidad, resistencia y agilidad.
No existe un hilo conductor común, y las únicas pistas sobre lo que ha podido provocar en “incidente zombie” son las pintadas en las paredes y otros mensajes desesperados dejados por los últimos supervivientes. A nivel argumental, por lo tanto, estamos a ciegas, como nuestros personajes.
En cuanto a su desarrollo, el juego se compone de cuatro actos que tienen lugar en entornos diferentes y pueden jugarse de forma independiente. No obstante la estructura es siempre la misma: comenzaremos en un refugio en el que podemos aprovisionarnos de armas, munición y un botiquín. En los capítulos intermedios de cada acto también iremos deteniéndonos en refugios para reponer fuerzas y, por último, al final de cada acto escaparemos in extremis de la horda de zombies.
La lista completa de actos es la siguiente:
No Mercy (Alta Medica): Es el acto inicial, y transcurre en la ciudad. Nuestro objetivo es llegar al hospital Mercy a enviar una señal de radio para que un helicóptero nos rescate.
Death Toll: El segundo acto se desarrolla en un pequeño pueblo, junto a una carretera. El objetivo es enviar una señal de radio a un barco para que nos rescaten.
Dead Air (Ultimo Vuelo): Este acto tiene lugar en las azoteas de los edificios y en un aeropuerto, al que debemos llegar para conseguir un avión en el que huir.
Blood Harvest (Cosecha de Sangre): Tiene lugar en el bosque, siguiendo las vías del tren. Debemos llegar a una granja desde la que enviar una señal de radio a un camión militar para que nos rescate.
No obstante, cada vez que juguemos uno de estos actos la experiencia será diferente. Esto es debido a un sistema de inteligencia artificial implantado en “Left 4 Dead” y llamado “The Director” que provoca que tanto la posición de las armas y botiquines como la de los enemigos sea diferente cada vez que jugamos, añadiendo un alto componente aleatorio a las partidas.
Muévete como un equipo
Aunque podemos enfrentarnos solos a la aventura, dejando que la IA del ordenador se encargue de manejar a los otros tres personajes, no os recomiendo que juguéis de este modo, dado que la experiencia no es ni la mitad de divertida.
‘Left 4 Dead’ es un juego que apunta claramente a dos perfiles de jugador: los fanáticos de los zombies, por una parte, y los entusiastas del juego cooperativo. porque este juego es, junto a “Gears of War”, uno de los mejores modos cooperativos que he visto en los últimos años. No es solo el hecho de compartir la aventura con tres amigos, sino el hecho de que todo en este juego esta preparado para potenciar la cooperación entre los miembros del equipo.
Porque si decidimos ir en solitario, enfrentándonos solos a la horda de zombies… bueno, estamos totalmente vendidos. Nuestros compañeros son imprescindibles no solo por la ventaja de contar con su potencia de fuego combinada a la nuestra, sino porque son los únicos que pueden ayudarnos a levantarnos cuando, por ejemplo, un zombie nos tira al suelo.
En nuestro caso, los primeros minutos de la partida fueron bastante caóticas y cada uno iba por su lado, con el consiguiente resultado de acabar todos muertos. Pero a la primera hora de juego… empezábamos a actuar como un equipo, afrontando la avalancha de zombies como una sola unidad. Vernos parapetados en un pasillo estrecho, dos de nosotros en primer línea, agachados, para no interferir en la línea de fuego, y otros dos jugadores detrás, de pie, y disparando una segunda ráfaga, era todo un espectáculo. Y es que basta quedarse solo un par de veces para darnos cuenta de que sin nuestro equipo… no somos nadie.
A todo esto hay que añadir el buen rollo que suele imperar en este tipo de juegos cooperativos. Antes de usar un botiquín o una de las píldoras analgésicas, uno siempre mira si algún compañero que lo necesite más que nosotros (para ello tenemos siempre disponible en pantalla la información sobre el estado de salud de los cuatro miembros). Porque lo importante es que sobreviva el equipo, no el mérito personal. Y potenciar eso, señores, es fácil de decir pero muy difícil de llevar correctamente a cabo a nivel jugable.
Asimismo, la IA del juego es bastante buena. Nuestros compañeros nos avisarán cuando nos conviene curarnos o cuando otro miembro del grupo requiera nuestra ayuda, por si en la vorágine de matar zombies se nos ha olvidado prestar atención al resto del equipo.
No son zombies, son infectados
En “Left 4 Dead” no vamos a encontrarnos zombies al uso: lentos y de movimientos torpes. Muy al contrario, en la mayoría de las ocasiones los zombies correrán hacia nosotros a toda velocidad, escalarán vallas y saltarán por las ventanas. Contra esta variante de los zombies “rápidos” o infectados, popularizada en los últimos años por películas como “28 Días Después”, la única forma de estar a salvo es tener suficientes balas en el cargador.
Pero si solo tuvieramos que enfrentarnos a zombies corrientes (por muy rápidos que sean) el juego no tendría tanta gracia. Así que, para completar el elenco de enemigos, en “Left 4 Dead” hay una serie de zombies especiales que aparecen aleatoriamente y se dedican a complicarnos aun más las cosas.
Smoker: Es un cruce entre zombie y camaleón, o al menos eso parece dado que es capaz de atraparnos con su larga lengua y atraernos hacia él para rematarnos. No obstante, es bastante fácil de matar incluso una vez atrapados así que no supone un gran problema.
Boomer: (Sí, como los chicles) Es un zombie que sufre en silencio de obesidad mórbida, así que será fácil de identificar entre la masa. Si le disparamos, revienta provocando daños a su alrededor. Eso sí, procurad que no os vomite encima o no os alcance la onda expansiva de su explosión, ya que os cubrirá de bilis, una sustancia verde que atraerá a los infectados hacia vosotros, convirtiéndoos en un cebo andante.
Hunter: El zombie más atlético de todos, escala paredes y salta largas distancia para llegar hasta nosotros y destriparnos. Es difícil acertar sobre él dado lo rápido que se mueve, pero no es demasiado resistente.
Witch: Uno de los zombies más terroríficos tanto en apariencia como en características. Tiene pinta de anciana decrépita y normalmente nos la encontraremos acurrucada llorando en un rincón. El sonido de sus sollozos suele ser la alerta de que hay una Witch cerca y, si queremos evitar problemas, será mejor apagar la linterna y pasar a hurtadillas sin molestarla. Si advierte nuestra presencia nos atacará, y a no ser que estén nuestros compañeros cerca para socorrernos con una buena lluvia de plomo, nos destripará con sus garras en pocos segundos.
Tanker: El último tipo especial es esta especie de zombie hormonado, con una fuerza descomunal y capaz de enviarnos a varios metros de distancia de un puñetazo. Evitad acercaros a él y disparad todo lo que os permita vuestro cargador.
Conclusiones
“Left 4 Dead” es un juego corto y poco original en su planteamiento, si lo vemos desde fuera. Al fin y al cabo, el tema de un apocalipsis lleno de zombies aparece en todos los manuales para rodar una película de terror. Sin embargo, es a la vez una idea sorprendentemente bien llevada a cabo. Un juego brillante en todos los aspectos, que, a pesar de no ser una maravilla técnica, tiene un acabado gráfico más que solvente y, sobre todo, un modo cooperativo tremendamente divertido.
Su principal problema es que es un juego muy corto, que podemos despachar sin excesiva dificultad cada uno de sus actos en una o dos horas. Y a pesar de que es bastante rejugable, gracias a su componente de aleatoreidad y a su modo multijugador, lo cierto es que no es un título al que probablemente vayamos a seguir jugando dentro de unos meses. A pesar de todo, si lo compráis en PC, la extensa comunidad de modders creada alrededor del motor Source es una gran baza para mantener al título con vida a través de nuevos mapas y otras descargas gratuitas.
Mi consejo es que, si estáis a tiempo, aprovechéis la oferta de G2Play y os decidáis a probarlo. Vale realmente la pena.